Atravesar la falla del Salto del Cabrero, en circular desde Benaocaz, y sentido ascendente.
Ruta circular, cuyo
primer tramo es compartido con el sendero del
Ojo del Moro.
Luego bajamos por las
angosturas del arroyo Pajaruco ó
Pajarito, buscando dirigirnos a la boca de la falla.
Buscamos el trabajoso
paso por el
interior de la falla
del Salto del
Cabrero, entre sus dos impresionantes paredes, para después
enlazar con el sendero oficial que desde
el Puerto del Boyar llegaba
a Benaocaz, pasando por el
Puerto de Don Fernando.
Digo llegaba, porque ahora no llega,
debido a que el cortijo de Las Albarradas haya cortado hace años la continuidad del sendero,
limitándose la dirección del Parque Natural a decir "por causas ajenas al
Parque". Vaya tela.
El sentido elegido para hacerlo tiene doble motivación: la falla se disfruta más ascendiendo que descendiendo, además de tener una mayor clave deportiva.
Plano del IGN repintado por el Cartógrafo.
Plano del IGN repintado por el Cartógrafo.
Pincha el enlace inferior para acceder a la entrada completa,
Comenzamos en el sendero del Ojo del Moro situado unos 500 metros antes de la entrada en Benaocaz si venimos por la carretera de Ubrique. El sendero tiene una longitud de 1,5 Km hasta el mirador ó asomadero del mismo nombre.
Antes de llegar al alojamiento rural de "Los Chozos" nos desviamos por un sendero señalizado a la izquierda.
Pasaremos un puente sobre el arroyo Pajaruco, y más adelante por una calera recuperada.
Avanzamos dejando a nuestra izquierda, abajo, el arroyo, ascendiendo suavemente, por buen camino, hasta el mirador.
Esta es la vista desde dicho mirador. La sierra de la Silla y el Higuerón, al fondo.
Ahora empezaremos a descender por un sendero bien trazado, que tiene algunas variantes claramente secundarias. El sendero nos deposita en el fondo de los llanos del Hondón, a la altura de una casa abandonada. Este es el punto de giro al norte, buscando por el llano la salida de otro sendero que, con esa dirección, nos depositará en la embocadura de la parte baja de la falla.
Esta embocadura está densamente ocupada por arbustos que, literalmente, obligan a echarse a tierra para pasar bajo ellos; este ejercicio dura unos 30 minutos, durante los cuales vamos, poco a poco, ascendiendo hacia la falla, aún sin verla.
Hasta que llega una notable reducción de la densidad del material arbustivo, y empezamos a ver hacia dónde nos dirigimos.
La densidad vegetal va siendo sustituida por el caos de bloques que un intermitente sendero va consiguiendo superar. No siempre es central, ni continuo, ni único. A veces es mejor seguir la intuición, y las manos, que el sendero por dentro del reducido acompañamiento arbustivo.
Ésta es la visión hacia atrás, cada vez más espectacular.
Aquí el grupo se entretiene mirando hacia arriba.....
......viendo otro de los espectáculos que nos brinda esta travesía.
Tras una última ascensión, esta vez con fuerte pendiente, empezamos a vislumbrar el cambio de rasante.
Ahora empezamos a atravesar una zona de pequeños valles colgados, que tenemos que bajar y subir; son la mejor opción, aunque no lo parezca. Pasaremos junto a grandes bocas de simas que evacúan el agua de estas hondonadas sin salida.
Tras empezar a ver la salida, con el fondo del valle del Boyar, giramos por una canal ascendente a la derecha, y salimos a la zona por la que discurre el interrumpido sendero del Boyar a Benaocaz. Traspasamos un muro por una angarilla, y casi que tropezamos con dicho sendero.
No debemos olvidar, en este punto, volver la vista. Ésta es la imagen más conocida de la falla, pero desde mucho más cerca de lo habitual.
Aquí pasamos un buen rato comiendo algo, y haciendo un tranquilo té.
Saliendo del puerto ya es visible Benaocaz.
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