Se anunciaban tormentas seguras, además para día completo, y bastante potentes, lo que nos hizo cambiar los planes iniciales. Finalmente no cayó una gota, y se nos quedaron dos días bastante tontos.
En fin, para quién no lo conozca, consiste en una subida desde el fondo del valle de Panticosa hacia los ibones de Bachimaña, a 2.200 metros de altitud.
Un paisaje agreste, pétreo, incómodo de andar, pero de una potencia evidente. Y que se consigue con la sorprendente cuesta del Fraile, de trazado imposible, pero cómodo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario