Pirineos 2018_Día 1 - Subimos, de nuevo, el port de Venasque, para ir al refugio
Ese refugio, pequeño, adosado a un lago situado en una pequeña plataforma glaciar, al final del valle que sube de Hospice de France. Ese lugar que nos pareció mágico en 2015, y que volvió a parecérnoslo ahora, a pesar de que la subida empezó mal: lluvia fuerte, de cara, que helaba las manos, al punto de obligar a poner guantes a la carrera.
Así se veía, o mejor dicho no se veía, la dorsal en la que se abre el portillón, esa brecha imposible que da cómodo paso a Francia. Ese lugar de paso de refugiados y partisanos, histórico. De gentes que iban de un lado a otro.
Así se veía en 2015:
Ahí la brecha, a casi 2.500 metros de altitud.
Pero si que pudimos medio ver, al menos, el magnífico lago del puerto, allí, pegado a la ventana de nuestro minirefugio (Enlace a entrada de 2015)
Tan pequeño que, para alojar a algo más de público, montan esta tienda entre los persistentes neveros.
Algo se abrió la última hora de la tarde, y permitió mirar hacia el puerto.
Y despedirnos con este extraño simulacro de arco iris a las puertas del refugio.
Día siguiente
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