Avioneta a Lukla, y empezamos
Ese día, escribíamos: después de dormir casi nada, en parte por el cambio de hora
de sueño, en parte por levantarnos temprano, tomamos el impresionante vuelo a
Lukla. Una avioneta con unas 14 personas y los equipajes dentro nos lleva en 30
minutos a esta pequeña aldea sherpa. Por el camino, toda la cordillera de los Himalayas va pasando,
y al final increíble aterrizaje en 400 metros.
Tras desayunar en Lukla, 7
de la mañana aquí, empezamos.
En Lukla
llegamos a la Pasang Lhamu Gate, la puerta de salida de la población.
Descendemos unas pocas escaleras y enseguida reparamos en un gran edificio situado a mano derecha. Es allí donde
debemos pagar el permiso de ascensión y el de acceso al Parque nacional de Sagarmatha.
El camino,
empedrado en gran parte, comienza descendiendo por un terreno boscoso, por la
margen izquierda del río.
Tras un primer trecho de largo y potente descenso,
hemos seguido un terreno rompepiernas, de bajadas con repechos fuertes,
escalonados.
La mayoría de la gente se queda, este primer día, en Phakding. Nosotros tomamos un té, y seguimos un 50% más. Todo
hacia arriba ahora.
Desde Manjo, escribíamos: la segunda parte ha sido más dura que la primera.
Hay
errores de precisión de las líneas de cota de los mapas en todo este tramo, que
es tremendamente quebrado. Todo empedrado de Phakding a Manjo, pero con
escaleras de mucha pendiente hacia arriba, cotas que se pierden,
inmediatamente, en otra igual, pero hacia abajo. Así unos 7 kilómetros.
Total, 13
km, 1.000 en positivo, otros 1.000 en negativo.
Nos alojamos en el Manjo guest house, a al entrada. Alojamiento familiar, con muy buen atención, y todas las condiciones: baño en habitación, agua caliente, enchufes, y hasta toallas.
Enlace a día 2
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