El día de hoy ha tenido dos mitades muy marcadas. La
primera, parecida a la de ayer, quebrada, fuertes subidas y bajadas sin
ganancia de cota, nos llevó al mítico puente de Hillary, el conquistador, junto
a Tenzig, del Everest.
A partir de ahí, una subida clásica, sin altibajos ni descansos. 550 metros en 3 kilómetros. Es tan potente que está, casi al completo, empedrada y escalonada, con peldaños de 30 a 40 centímetros.
Al final, hemos llegado en tiempo razonable y estamos echando la tarde aquí. Mañana, primera jornada de aclimatación a 4.000, volviendo a dormir al inicio, a Namsche.
A partir de ahí, una subida clásica, sin altibajos ni descansos. 550 metros en 3 kilómetros. Es tan potente que está, casi al completo, empedrada y escalonada, con peldaños de 30 a 40 centímetros.
Al final, hemos llegado en tiempo razonable y estamos echando la tarde aquí. Mañana, primera jornada de aclimatación a 4.000, volviendo a dormir al inicio, a Namsche.
Empezamos con los falsos llanos: tramos de ascenso y
descenso, en muchas ocasiones superados mediante escalones de hormigón.
Pronto llegamos a una zona en la que el camino se
ensancha y se puede contemplar la formidable estampa del Puente de Hillary
(2.900 m), que se alza frente al camino, varias decenas de metros
sobre el río.
El mítico puente de Hillary
A
partir de aquí comienza lo más duro de la etapa de hoy: una ascensión sin descanso hasta Namche Bazaar.
Vamos ascendiendo por un bosque de coníferas, por el cual la senda serpentea
mientras gana altitud. Alcanzamos los tres mil metros, y seguimos.
Tramo final de la subida a Namche
Nos alojamos en el Khumbu lodge, lugar mítico entre los himalayistas. Personal muy amable, comida excelente, comedor con vistas y cálido. Magnífico, todos los servicios, comida buena y precio aceptable.
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