Este día resulta ser el último del largo acercamiento.
Fue un día curioso. Nuestras piernas estaban perfectas, y la respiración en niveles aceptables para la altitud en que estamos, pero hay una sensación extraña, como de poco "empuje", cuyos efectos en andar lento, aún en tramos de pendiente baja, vemos también en los demás.
Por lo demás, el día que terminó en aguanieve nos dejó, al principio, unas apariciones espectaculares entre las nubes.
Comenzamos ascendiendo, igual que ayer, hasta el pequeño collado donde hay una estupa y una zona de descanso; hoy tomaremos la senda de la izquierda. Tras dicho collado descendemos unos metros y toca caminar ahora por la parte alta de un amplio valle, en muy suave ascenso.
Y seguimos subiendo rumbo NO a media ladera del valle. Poco a poco el camino va virando hacia el norte, en busca de un grandioso barranco por el que bajan las gélidas aguas de un glaciar cercano. Frente a nosotros se observa el asentamiento de Dughla.
El río, Dughla abajo, y la subida al paso
Un poco más adelante toca cruzar el barranco. Aquí, la cómoda senda se transforma en terreno rocoso, y nos veremos obligados a pasar de una piedra a otra, remontando unos metros el cauce del río, hasta alcanzar un puente que nos permite superar las poderosas aguas para llegar a Dughla (4.600 mt) .
Y detrás, el tramo más duro de la jornada, el paso de Dughla (4.830 mt).
Seguimos la marcha, nuevamente en ascenso suave, recorriendo la amplia explanada de un terreno rocoso que dificulta la marcha. Giramos ya hacia el norte y pronto alcanzamos el asentamiento de Lobuche.
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