Subida al Coargazal (1.305 mt.) desde El Boyar.
Volvimos a subir el Coargazal, aunque en esta ocasión desde el Boyar, por el Puerto de las Presillas.
En un día que empezó neblinoso, con esa apariencia un tanto fantasmal que hace vibrar estos montes, nos fuimos a descubrir esta subida "trasera", más corta que la de Benaocaz acometida varias veces ya, pero que transita por valles perdidos, recónditos, abruptos y llenos de vida, musgo y líquenes. Las sensaciones de soledad y de lejanía son constantes.
Poco después de pasar las Presillas nos desviamos al este, subiendo, y alcanzando el puerto de los Naranjos. A partir de aquí rechazamos todos los ofrecimientos de valles laterales y seguimos el rumbo, aunque a veces hay que hacerlo tortuoso, para mejor pasar los lapiaces y los caos de bloques.
Cuando ya vamos alcanzando la base del pico, entramos en un pequeño fondo de valle, a cuya derecha, borde norte, escondido hasta que se alcanza, está el túnel del Coargazal, espectacular fenómeno geológico (en la foto superior, pequeña masa arbórea de arriba).
El túnel conecta este mundo recóndito con aquel otro mucho más conocido del corredor del Boyar. Solo estos metros separan el silencio absoluto que nos rodeó todo el día, del ajetreo de la carretera de El Bosque a Grazalema.
Después de esto, ya sólo queda alcanzar el hombro del Coargazal, y avanzar por el lapiaz hasta su cumbre.
Cima ente nieblas circundantes.
Tras bajar hacia el sur, y seguir descendiendo el valle por el que lo hemos acometido otras veces, paramos a comer en la magnífica pinaleta.
Y, para finalizar, rodeamos por los valles cercanos al Dornajo para alargar un poco más la jornada.
