Cartógrafo: El Caíllo desde Benaocaz, alargando el regreso

Unidad geográfica		Zona
Sierra de Grazalema		Sierra del Endrinal

Ruta		Fecha 24 de noviembre de 2012(hay otras anteriores)
Benaocaz – Caillo (1.397 mts.) – Benaocaz, alargando el regreso hasta la cuesta de Fardela y desvío hacia la Charca Verde
Distancia a recorrer	10.932 mts.	Tiempo comprobado [1]	6h 00´
Desnivel acumulado positivo	787 mts.	Desnivel acumulado negativo	798 mts.
M.I.D.E.
Medio, severidad - 1	Itinerario, orientación – 4	Desplazamiento, dificultad - 3	Esfuerzo, tiempo - 3

[1] El tiempo incluye pequeñas paradas técnicas

Mapa Sierra de Grazalema, Editorial Alpina. Escala 1/25.000 La prolongación mejora, no solo, la duración de la marcha, sino que permite andar por valles recónditos de la sierra del Endrinal, poco transitados. Al final, en la casa de Fardela, se enlaza con la senda que viene del Boyar. Ojo en el prado posterior a la casa: la cota que encontramos enfrente impide seguir recto y se pierde la traza; hay que buscar una nueva traza saliendo del prado hacia la izquierda.	Zona de la sierra de lo más agreste, tanto en espesura de vegetación en valles y vaguadas, como en la orografía, abrupta, casi sin caminos. La sucesión de pequeños valles y diferentes orientaciones hace necesario un buen sentido de la orientación, y el conocimiento previo de estos parajes; es muy fácil desorientarse. La cima del Caillo o Navazo Alto nos ofrece buenas panorámicas del macizo del Endrinal, y, en días claros, del Estrecho de Gibraltar. Su ascenso ofrece mas de lo que pudiera preverse por cota; es abrupto, necesita orientación y, al final manos.

Benaocaz a la cima. Descenso al puerto de la víbora, y rresto del regreso a Benaocaz. Ida hacia el valle lateral, en la zona de la Charca Verde.	Salida: Benaocaz. 825 m.
	1. Paso en 1ª cresta. 900 m.
	2. Collado antecima. 1.290 m.
	3. Cima. 1.397 m. 1h 50´
	4. Puerto de la víbora. 1.250 m. 1h 50´
	5. Ida y vuelta. 1.332 m. 45´
	Llegada: Benaocaz. 825 m. 2h 00´

Vista general y detalle de la salida

El camino sale desde una cancela que se encuentra junto a un centro de transformación cercano a las pistas de pádel. Va ascendiendo de forma suave hasta rodear, por la izquierda, un promontorio que nos cierra el paso.

Una vez pasadas las primeras dificultades, nos queda visible, a la derecha, una primera barrera, en la que se observa una pequeña brecha. Hacia allí hay que dirigirse, buscando el apoyo de la pared que a ella conduce.

Se sube el paso, aunque al final hay trazos de sendero y una angarilla arriba.

Se asciende por la amplia lengua de terreno, primero, que se convierte en vaguada al final. Un poco más allá del collado de antecima, abandonamos el camino, que empezará a bajar hacia el otro lado, y subimos a sentimiento la ladera de lapiaz, buscando la línea de cresta.

Ver la descripción de veces anteriores

El fuerte viento de levante depositaba las nubes en la sierra de Líbar.

Se inicia el descenso de la ladera pétrea por la otra cara, más cómoda; en esta ocasión, seguimos la senda marcada que baja a Villaluenga, llegando al collado que separa la bajada a este pueblo del navazo.

En el navazo, se gira al norte, hacia la pared de roca, y en ésta al oeste, buscando un collado en la cuerda que hemos traído a nuestra izquierda desde la bajada.

Tras hacer el paso, giramos enseguida por una pequeña y estrecha vaguada ascendente a la derecha (noreste). Ascendemos hasta colocarnos en paralelo a una cerca metálica que sigue la cresta.

Bajamos un poco pegados a la falda de esta cuerda, llegando a un llano frente al que asciende la cuesta de Fardela. Hacia abajo, a la derecha, se bajaría a la casa del Cao. Nosotros subimos la Cuesta de Fardela hacia al puerto de la Víbora.

A partir del puerto, se desciende al valle hasta encontrar el sendero que viene del puerto de las Presillas y el Boyar, sendero que tomaremos hasta regresar a Benaocaz. Este día, no obstante, nos dio por tomar una vaguada que desciende por la derecha, y que lleva a la Charca Verde por un sendero casi perdido en la vegetación; es posible, también, ascender la vaguada por las pedreras de la zona izquierda, según se sube.