lunes, 28 de octubre de 2013

El Peñón Grande de Grazalema

Supongo que todo el mundo que ha transitado por la sierra de Grazalema, y se ha acercado al pueblo homónimo, ha visto el fondo rocoso que sirve de escenario al mismo: una paredón pétreo de acceso imposible......salvo que se acometa por detrás. Esto es lo que hicimos el sábado 19 pasado.

Empezamos con la información básica, como siempre.

Unidad geográfica

Zona


Sierra de Grazalema

Entorno del Endrinal

 

Ruta


Fecha última 19 de octubre de 2013

Subida al Peñón Grande de Grazalema desde el pueblo.

Tiempo y desnivel son son elementos significativos en este caso




M.I.D.E.


Medio, severidad - 4
Itinerario, orientación - 4

Desplazamiento, dificultad - 5

Esfuerzo, tiempo - 3


Los criterios antes expuestos se refieren, especialmente, a la fase final, el cresteo hasta la cima.







Supongo que es razonable comenzar diciendo que es probable que ningún chaval de ocho años haya estado en la cima del Peñón Grande,  pero nuestro habitual Juan ya ha estado. Lo hizo en compañía de su padre el pasado día 19, y lo hizo como si llevara en esto toda la vida (esto casi es cierto).

Empezando con la descripción, resumo diciendo que subimos por la derecha del pico, desde el camping, y bajamos hacia el Llano del Endrinal, por la otra cara de la cresta, por la bajada conocida como Escalera de caracol.

Desde el camping, se toma por la derecha de la cerca, por un sendero algo marcado, que se pierde a ratos, y que tiende a acercarse a la derecha de la vaguada que desciende desde el collado a la derecha del pico, al que nos dirigimos.




La cresta, vista desde el fondo del valle de subida.


Vista hacia atrás; el pequeño embalse de Grazalema.
















Antes de toparnos con la pared que cierra el valle por la derecha, debemos cruzar el cauce, normalmente seco, lleno de grandes bloques, y dirigirnos ya, de forma directa, sin sendero, al cercano collado. Los últimos metros pueden requerir manos, según por dónde se emprenda el remate del collado; Juan empezaba a disfrutar.





Arriba nos encontramos con un gran e inesperado llano; por la derecha se llegaría a las Presillas, casi sin bajar, y por la izquierda se sigue hacia el pico; al frente es visible el comienzo del descenso que nos llevaría hacia el Endrinal. 


Nosotros tomamos a la izquierda, por canchal, hasta llegar al principio de la zona en la que las manos ya serán imprescindibles.




A la antecima se llega en breve, y de forma fácil. De la cima nos separa un gran corte, que deja una zona baja en la cresta. Rodeamos por la derecha, según el sentido de la marcha, y accedemos fácilmente a la zona deprimida de la cresta.


A partir de aquí, ya conviene que cada cual decida si sigue, o lo da por concluido. Empiezan a sucederse los "patios", y aunque los agarres pétreos son buenos conviene estar seguros de lo que vamos a hacer. Nosotros seguimos, y en una media hora llegamos a la cima, con muchísimo viento, pero con un día magnífico.






La cresta del Torreón al san Cristóbal, bien visible al completo.

Para retroceder, podemos volver el camino hecho hasta el llano descrito antes, o ir ganando descenso por la zona rocosa al sur de la cresta. Esto último gana espacio, pero no tiempo, porque el descenso es bastante trabajoso.

En cualquiera de los casos, llegamos a una pequeña repisa desde la cual parece imposible seguir de frente; hay que girar nuestros pasaos a la izquierda, casi Este, y en ese borde encontraremos una pequeña fisura en el suelo, por la cual desciende la sucesión de elementos pétreos que forman la Escalera de caracol. Fácil bajada, y muy atractiva para la gente que gusta de esto de usar las manos para progresar.



























Al final de este elemento, y antes de seguir, debemos fijar nuestra vista en la pared frente a nosotros, en la que hay lo que puede ser el resto de un profundo hundidero de la plataforma superior.


A partir de aquí, solo resta seguir al cercano puerto del Endrinal, y bajar por sendero claro hasta el punto de partida.






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