miércoles, 30 de marzo de 2016

Ferrata Baumes Corcades, en Centelles

Ferrata de escasa dificultad, salvo variantes, pero con valores paisajísticos sobre la sierra del Montseny y los lejanos y nevados Pirineos. Muy aérea en la parte central de su trazado, comparte la positiva característica de evitar elementos metálicos cuando los naturales permiten el progreso.
Nosotros hicimos la ferrata a excepción del tercer tramo, el que lleva a la cima del Turó del Puigsagordi.



Aproximación:

En coche por la C-17 dirección Vic, salimos en Centelles. Al entrar al pueblo cruzaremos 2 rotondas, la segunda esta justo antes de pasar por debajo de la vía del tren y en ella hay un cartel que nos indica por donde esta la vía ferrata. Cogemos la Carrer dels Hostalets, al llegar a la rotonda salimos en la segunda salida. En el siguiente cruce continuamos recto por la Carretera de Banyeres, cruzaremos la carretera C-1413B y seguimos subiendo hacia la montaña (esta carretera lleva a la cima del Turó del Puigsagordi que es donde acaba la ferrata). Pasamos de largo la casa de colonias y centro de vacaciones Mas Banyeres y mas adelante veremos el cartel de vía ferrata a la entrada de un camino a mano izquierda. Dicho camino continua unos metros más hasta el cartel indicativo de la vía ferrata.

Vía ferrata:
Todo el recorrido tiene variantes para aquellos que no quieran realizar los tramos más expuestos o de mayor dificultad.



Los tramos en amarillo son camino, en tanto que los trazados en rojo corresponden a los tramos de ferrata.





Un tramo de pista tras la cadena nos llevará al inicio, no sin subir antes unos repechos. 10 minutos.




Un fuerte pitón inicial, vertical, nos mete en altura rápidamente. Son 60 metros con un par de desplomes fáciles de superar.





Un ligero flanqueo a la izquierda nos oculta la parte final de la pared; un paso natural añade algo de gracia a este tramo.



















De esta forma tan aérea  se concluye este primer tramo.




Ahora toca subir andando un pequeño tramo, para llegar a la franja pelada central de la montaña, la que se aprecia desde la distancia, y que nos acompañará largo rato si prescindimos del puente, cosa que hicimos nosotros y de la que nos alegramos, porque se trata un tramo muy interesante, dónde se requiere algo de trabajo de brazos, y de técnica de pies naturales.




Este punto de la izquierda es aquel en el que separan los caminos del puente y de la ferrata. La foto de la derecha enseña el inicio del largo camino de flanqueo de la montaña.



Como ya he dicho antes, tramo muy paisajístico y con constantes tramos de pies naturales.




















Para superar un tramo difícil, la ferrata propone bajar y subir un tanto. Tras la subida, prosigue el flanqueo.




Y así continúa hasta al final, tramo que tras una subida nos deposita en el denominado Plan de Ruicerdá, en el que se puede optar por intentar el último tramo, el de mayor dificultad, o por regresar al comienzo.


























La salida, como advierten todas las páginas y el propio lugar, debe hacerse por la pista asfaltada que da un largo rodeo de bajada (unos 45 minutos). Es realmente tedioso, pero el sendero de bajada paralelo a la vía está en muy mal estado, y nominalmente prohibido su uso.




Nosotros consumimos tres horas, contando aproximación y la larga salida andando. Sin hacer el último tramo. Nos lo pasamos muy bien, y nos dimos un homenaje culinario en Centelles.

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