Aquí se reproduce la primera, el circular alrededor del macizo del Vignemale, en una travesía ya conocida, descrita en este blog en todos sus tramos y que, por tanto, limita esta entrada a un resumen de lo acontecido,con fotos.
El sábado 2 de julio, a las seis de la mañana, salíamos de Bujaruelo, por el valle del Ara, hacia Oulettes de Gaube, cruzando el puerto de los Mulos.
Una ligera tormenta cayó por la noche.....lo que luego descubrimos que era el preludio de lo que nos perseguiría por ambas travesías este año: tormentas, y más tormentas.
El grupo A a la salida de Bujaruelo.
El fondo del valle del Ara era ya visible, aunque aún quedaba un rato.
Bajando la vertiente francesa. La nieve en buen estado; no sería así siempre.
Esta vista lo paga todo. La norte del Vignemale desde Oulettes de Gaube.
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El domingo 3 de julio, tras un sueño reparador (el día anterior veníamos de cruzar España de sur a norte), cruzamos la Hourquette de Ossue para bajar a Baysellance.
Subiendo el collado.
Ya casi a la altura del glaciar del Vignemale. Es un lugar magnífico.
Los hielos permanentes....aunque igual ya no lo son tanto, si no cambiamos.
El macizo de Gavarnie y los Marboré, en la distancia.
La Brecha Rolando y el Caso de Marboré.
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Lunes 4 de julio. Se anuncian tormentas, y hoy pensábamos ir en larguísima travesía a Sarradets, al pie de la Brecha. Desde luego, no es el día para ello, y decidimos cambiar el plan, para volver a Bujaruelo por Bernatuara y su magnífico ibón.
El entrono, desde luego, es magnífico. El Petit y el Grande Vignemale, al amanecer.
Y, hacia el otro lado, el frente de los Marboré, sobre Gavarnie.
La subida normal al Vignemale.
Y la Brecha Rolando, más cerca.
Se nota el gran descenso que conlleva bajar el valle de Ossue; plantas alpinas.
Recorriendo el gran valle de Ossue.....
Y el desvío al Vallon de la Canau, hacia el puerto de Bernatuara.
Collado e ibón incrustado en el collado.
Ya "sólo" restaba el larguísimo descenso a Bujaruelo. La tirada anda por los 20 kilómetros, con poco ascenso pero 2.000 metros de desnivel descendente,muy acusados, y nada cómodos de bajar en gran parte del mismo.
El acierto de la decisión estuvo en que al llegar a Bujaruelo, sin acabar aún la primera cerveza, cayó un tormentón con granizo incluido que, de haber mantenido el plan inicial, nos hubiera pillado en la subida al collado de Sarradets,con más de 20 kilómetros encima, y con la ladera de nieve deshaciéndose bajo la intensa lluvia. decisión acertada, pues.
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No nos despedimos sin subir y bajar a Góriz, disfrutando del valle de Ordesa.
Tras la tormenta del día anterior, la Cola de Caballo estaba impresionante.
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