sábado, 21 de julio de 2018

Pirineos 2018_Día 5-De Hospice de France a Benasque

De Hospice de France a Benasque

Afrontábamos nuestro último día, una subida ya conocida de 2015, que hay que acometer con paciencia. Más de mil metros de desnivel seguidos, sin descanso, pero en camino bien trazado, sin ninguna dificultad.


Como todos los valles pirenaicos, éste también tiene trampa: lo que se ve allí arriba, entre la niebla, a unos ochocientos metros, no es el final de la subida. Solamente es el final del valle fluvial; arriba queda el circo glaciar, con su cuenco o cuencos situados en distintas plataformas que hay que ir salvando.


Ésta de aquí es la primera de dichas plataformas, situada justo arriba del límite de los visto en la fotografía anterior.


Al fin llegábamos al reino de las nieves, a la sensación invernal que nos había faltado en días anteriores, y que nos suponía una despedida más gustosa.




Los Boums du Port nos ofrecían la última visión. Por eso hemos vuelto aquí, porque es uno de nuestros lugares mágicos en el Pirineo.


La subida por el cascajo de las morrenas y los neveros del puerto. Foto de Jesús Neva


Los últimos repechos antes de afrontar la subida a la brecha. Foto de Jesús Neva





















Las nieblas, la nieve, y ese impresionante tajo en la dorsal configuran el puerto de Venasque.





3 horas y media después de empezar a subir (con una cervecita en el refugio, despidiendo al guarda y comentando con él algunas novedades de desastres que, sin duda, les vendrían bien a otros), cruzamos los escasos metros que esconde la horqueta, antes de empezar a bajar hacia los Llanos del Hospital.


Bajada, por el sendero de Salvaguardia, que tiene sus puntos.


Y, dado que no habíamos comido, pues un sobre seco está bien en cuanto encontramos agua con el que prepararlo.

Et c´est fini!!

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