Hito
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A origen, mts.
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Distancia parcial
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Cota, mts.
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Tiempo
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Respomuso
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0
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2.150
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0h 00´
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Piedra st. Martin
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3.200
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3.200
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2.332
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1h30´
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Fondo de valle
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12.500
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9.200
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1.400
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3h00´
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Refugio Miguelou
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15.900
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3.400
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2.257
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3h 15´
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Etapa en la que hay que destacar el largo metraje y la
pesada subida final, bien trazada, pero algo larga. El día acompañó, fresco; al
final, nos alegramos de haber desafiado la amenaza de tormentas.
El emplazamiento del refugio de nombre impronunciable es
magnífico: uno de esos pequeños cuencos adosados a collados franceses, de los
que ya hemos conocido otros casos: Portillón, Venasque,....
En Respomuso, con las pirámides de la Fache detrás, y sus tormentas adosadas.
Pincha el enlace inferior para ver la entrada completa.
Se sale del refugio hacia el este y, bordeando el ibón de
Campoplano por el norte, encontramos el sendero de subida al puerto de la Peyre
de St. Martín, el más bajo de los pasos fronterizos.
Se bordea el embalse por la margen sur. Un camino por abajo del valle de Respumoso llega al puerto por la fácil canal central.
El profundo valle francés de la Canau.
Una sucesión de estrechas plataformas, con saltos entre ellas, nos va descendiendo suavemente. La niebla que parece acompañar a este valle de forma permanente se va acercando.
Poco después, otra nueva zona de zigzags, éstos más profundos y pronunciados, nos deposita en el desvío al refugio del Balaitús, que debemos desechar, siguiendo con nuestro descenso del valle.
Sendero bien trazado, buen piso, y cómodos zigzags.
La niebla, muy espesa ya a esta altura, impidió la toma de fotos hasta que llegamos al aparcamiento, inicio de la subida final el refugio de Migueoulou.
Seguimos valle abajo, hasta pasar el primer aparcamiento; seguimos al segundo, en cota 1.398, el Pla d´Aste. Allí se asciende al valle lateral, al oeste.
El carácter de esta subida se observa ya desde el comienzo; potente serie de lazos, que se pierden en la niebla que se adosa a la pared.
Y así fue, toda la subida, hasta que llegamos a la evidente pedrera que, aún sin verlo, anuncia la proximidad del muro del embalse.
La subida es potente, pero de buen pisar. Dos potentes series de zigzags de subida nos depositan en la boca del vallon d´Arriougrand.
En este punto, la niebla desapareció, y nos permitió volver e contemplar el magnífico entorno. Esa especie de colladito que se ve al fondo de la fotografía es el que da paso a la visión final.
Ahí está el muro del embalse, y tras él, las cumbres que cierran el valle.
El embalse de Migueoulou, con el col d´Artouste al fondo, a la izquierda.
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